6 de junio de 2009

Charles Frederick Worth


Este modisto Inglés llegó a París tras siete años de formación en Londres. En 1858 funda junto a su socio Boberg su propia casa de moda en la Rue de la Paix, de la que toma en 1871 la dirección en solitario.
Worth fue pionero en atribuirse la categoría de celebridad al firmar sus creaciones como si de piezas de arte se trataran. Además, cada nuevo año presentaba una colección con la que aumentar sus ventas y por tanto sus beneficios. Esta innovación revolucionaria de las colecciones de temporada es una fuente de la que los actuales diseñadores siguen sacando provecho.

Las líneas de Worth eran sencillas, redujo la crinolina, de modo que la falda caía plana por la parte delantera y recogió el exceso de tela por detrás.

La palabra modisto se creó especialmente para calificar a Worth, que consiguió unir la técnica inglesa del corte con el derroche de elegancia propio de los franceses.

Además, hay que mencionar que el modisto inglés debió gran parte de su fama a dos emperatrices de la época: Isabel de Austria y Eugenia, la esposa de Napoleón III. Ambas se hicieron retratar para la posteridad luciendo diseños en seda y tul bordados en oro de Worth.
Tras el fallecimiento del genio, el relevo pasó a sus hijos, Gastón y Jean-Philippe.

Sobre la indumentaria de la femme ornée o la "mujer adornada" de la belle époque hay que decir que se caracterizaba por su afán de comprimir y cubrir de postizos el cuerpo femenino. La idea era crear un reloj de arena con las curvas de la dama: frágil cintura y exuberante parte superior e inferior. El vestuario femenino, incluso en la versión ligeramente suavizada de Worth, recordaba a una camisa de fuerza. El cuello, alto, estrecho y rígido, obligaba a erguir la cabeza, mientras que los sombreros, algo inclinados y de anchas alas, se decoraban con pesadas plumas de avestruz. Las mangas estaban ahuecadas en el hombro, se recogían en el codo y se estrechaban hasta la mano. Cubrían hasta los nudillos para no mostrar zonas indecorosas. Las faldas llegaban hasta el suelo y se ensanchaban en las caderas, cayendo en forma de campana. Su parte posterior estaba decorada con pliegues y rematada con una pequeña cola. Los zapatos y botines eran puntiagudos y se sostenían sobre medios tacones barrocos. Los complementos imprescindibles eran las medias de seda negra, los guantes ajustados y la sombrilla, que servía para preservar el tono blanco de la piel.
Para el día se usaban telas de lino, terciopelo y lana.
Los colores eran pasteles claros o apagados como el rosa, azul o malva.
Estos vestidos se engalanaban con galones, cintas, lazos y volantes. Para la noche se recurría a la seda, las puntillas, la muselina, el tul, el crespón de China o el satén entre otros.
Los trajes presentaban ricos adornos y generosos escotes. Eran imprescindibles los guantes largos para "vestir los brazos" y para que no se vieran las manos desnudas.

Información extraida del libro de Charlotte Seeiling "MODA. El siglo de los diseñadores" Editorial Könemann, y de la web estilo y moda

6 comentarios:

Agost dijo...

muy interesante alex! beso

justbecausefashion dijo...

Wow!! que maravilla, sería alucinante poder llevar uno de estos vestidos!!

Laura

xxx L6G

Moda y un poco más dijo...

¡¡qué vestidazos!!

Un besote

Muaka dijo...

Unos vestidos de epoca preciosos ^^

Un beso!

Pawssies dijo...

muy lindo el articulo!
y buenisimos los vestidos, me gusto el rosa.

beso!

Shopaholic dijo...

Y se hacia retratar al modo de los grandes pintores romanticos de la epoca (de echo esta foto parece inspirarse directamente en un autorretrato de Ingres) para aumentar ese aura de artista y genio que creo alrededor de su figura.
Es genial.

Un beso!

KEEP CALM & MODO OFF

Etam presenta su línea Zen que seguramente tendrá una excelente acogida de sus seguidoras: mujeres clásicas, elegantes y exigentes a la hor...